El Campo Grande de Valladolid y sus secretos
Nadie pasa por Valladolid sin conocer su Campo Grande al igual que no se pasa por Madrid sin ir al Retiro. El Campo Grande de Valladolid es el pulmón de la ciudad del Pisuerga pero además guarda mucha historia y curiosidades, algunas de las cuales os vamos a desvelar a continuación, no sin antes ponernos un poco en contexto.
Y si queréis conocer a fondo los misterios y leyendas que rodean al Campo Grande, os recomendamos que participéis en este tour en el que os desvelarán un montón de secretos escalofriantes.
En este post
El Campo Grande de Valladolid
El Campo Grande está limitado por la Calle de la Acera de Recoletos, el Paseo de los Filipinos y el Paseo de Zorrilla. Su situación céntrica y su gran extensión ha hecho que sea una de las paradas obligatorias para cualquier visitante y un recurso habitual de ocio entre los habitantes de la ciudad.
El acceso principal a los jardines se encuentra en la Plaza de Zorrilla, a través de una puerta moderna; a su lado se halla un escudo de la ciudad diseñado con flores. Los jardines están cerrados por una sencilla verja que sirve de protección en las horas nocturnas y que tiene puertas en todos sus lados.
Su origen como parque o como zona ajardinada, se remonta a 1787, aunque ya desde el siglo xv hay que considerarlo como un espacio urbano de gran importancia.
Un aspecto notable del parque es la abundante población avícola. Repartidos por su superficie se encuentra una faisanera, una pajarera y un palomar, perteneciente al Club Colombófilo de Castilla, que hacen que los pavos reales, faisanes y palomas sean muy numerosos (además de tórtolas, gallinas enanas, periquitos y cacatúas) y se hayan convertido en los auténticos habitantes del parque. Tiene una gran variedad de árboles que constituyen un verdadero jardín botánico.
En algunos momentos de su historia se denominó Campo de la Verdad y posteriormente Campo de Marte, pero finalmente se consolidó el nombre de Campo Grande.
A pesar de ser tan conocido hay algunas curiosidades acerca de este gran parque público que no lo son tanto y os vamos a contar a continuación.
Fuente del Cisne
La historia de esta fuente, que ahora se contempla en la zona de la Pérgola empieza en 1864 cuando el Ayuntamiento acordó instalar una fuente en la plazuela del Poniente. El arquitecto municipal indicó que se podía traer agua desde la fuente de la Ría, al otro lado del Puente Mayor e instalar sendas fuentes en la plaza de San Nicolás y en la plazuela del Poniente. Y se iniciaron los trámites para construir una fuente de hierro . Pero el peso de aquella fuente era demasiado y se decidió su traslado al Campo Grande.
El resultado fue la fuente del Cisne, ubicada actualmente en la Pérgola del Campo Grande.
Otra curiosidad es que el pilón se construyó con piedras sobrantes de la torre del antiguo Ayuntamiento. Y en torno al conjunto central de la fuente se instalaron seis tritones que arrojan agua por su boca.
La época en la que se construyó la fuente queda reflejada en el debate que se produjo cuando los concejales vieron las figuras que acompañan a la fuente y la desnudez de las sirenas no casaban con la moralidad de entonces. Así que las pintaron de verde pensando que así se «disimulaba» un poco esa desnudez.
La instalación de la fuente es anterior a la creación de la Pérgola, que se construyó en 1935 y ha sido escenario desde entonces de mítines, obras de teatro, bailes y verbenas.
El Teatro Pradera
Muchos no hemos conocido ya este teatro, víctima de las demoliciones en nombre del «progreso» que asolaron Valladolid durante décadas. En 1967 se firmó su sentencia. La idea era levantar un hotel de lujo que, para ahondar más en la herida, nunca llegó a construirse.
Este teatro formó parte de la vida cotidiana de los vecinos durante cincuenta años. Primero fue una caseta de madrea conocida como La Barraca Pradera, con sesiones de cine mudo allá por 1904. Más tarde, los dueños solicitaron una cesión de terreno para construir un teatro y en 1910 el Teatro Pradera inauguraba sus actuaciones. .
En junio de 1920, durante la representación de La reina mora, el teatro sufrió un incendio que dejó siete heridos y graves daños en el edificio. Apenas un mes después, el Teatro Pradera reabría sus puertas. Y lo hacía con el mismo empuje.
El cine sonoro llegó al Teatro Pradera en septiembre de 1930. Desde entonces, sus salas ofertaron de forma habitual proyecciones cinematográficas.
Comenzó una época dorada para el Pradera. En 1932 la familia Pradera reformó el edificio. El lavado de cara incluyó la construcción de sus dos famosos torreones y la elevación del cuerpo de la azotea.
Entre zarzuelas, teatro y cine pasaron los años hasta que el 24 de septiembre de 1967 el Teatro Pradera bajó el telón. El Ayuntamiento ponía fin a la concesión municipal con la idea de edificar un hotel de lujo, proyecto que nunca se haría realidad.
Pavos reales en libertad
Para los que nos hemos criado viéndolos campar a sus anchas no nos causan extrañeza pero es algo que a los que vienen de fuera y a los niños les vuelve locos. Y todo comenzó en en la primavera de 1930, cuando Isabel Aranguren regaló al Ayuntamiento de Valladolid una pareja de estas aves.
Según el periódico local, El Norte de Castilla, se explicó que los pavos reales, desconocidos hasta entonces en la ciudad, serían instalados en los jardines cuando se dispusiera de un refugio adecuado a su tamaño.
Poco después el Ayuntamiento decidió ampliar la población de pavos reales en el Campo Grande y compró varias parejas. Llegó, incluso, a haber ejemplares albinos.
Hubo, de hecho, tantos pavos, que incluso algunos se regalaron a otros Ayuntamientos, como el de Madrid, o se donaron al zoo de Matapozuelos. En la actualidad, aunque no hay censo oficial, se calcula que más de 40 pavos reales habitan en el Campo Grande de Valladolid. Y el mayor tesoro es captarlos cuando abren sus colas. Consejo: cuidado que te puedes llevar un picotazo si te acercas mucho.
Un paseante ilustre, Miguel Delibes
Los paseos por el Campo Grande fueron una costumbre que Miguel Delibes mantuvo toda su vida. Muchos son los vallisoletanos que recuerdan encontrarse con el escritor paseando y meditando entre sus árboles.
El Campo Grande fue una constante en la vida de Miguel Delibes. Aquí, confesaba el escritor, dio sus primeros pasos, una experiencia que, decía, pudo marcar su inclinación al campo y su sentimiento de la naturaleza.
Pero aún más señalado fue que comenzó el noviazgo con quien fue su mujer, Ángeles en un banco junto a la Fuente de la Fama y además se declaró en estos jardines.
Desde hace unos meses, una estatua conmemorativa lo recuerda en el parque que tanto disfrutó.
La barca de «el Catarro»
Si has sido niño/a en Valladolid, sabrás de quien estamos hablando.
Juan Martín apodado ‘El Catarro’, fue el fundador de una saga cuyo sobrenombre han recogido todos los demás miembros de esta familia de marcada vocación fluvial.
Su descendiente, Luis Gallego, manejó durante muchos años la barca del estanque del Campo Grande hasta sus 80 años. Esta barca recorre el estanque y sus secretos que no vamos a desvelar, para que os deis una vuelta, por un precio muy módico y es una experiencia que siempre merece la pena.
El Catarro contaba historias imaginarias a los niños que navegaban en la barca La Paloma y escuchaban asombrados los relatos de tan singular personaje, provisto con su habitual gorra de marino como parte imprescindible de la indumentaria.
Muchas generaciones de niños vallisoletanos han viajado en esta barca y tienen muy presente el recuerdo de Luis Gallego. Actualmente uno de sus sobrinos ha cogido el relevo de esta curiosa tradición naval en pleno corazón de Castilla.
Esperamos que os haya gustado este post y que nos ayudéis a conocer más curiosidades del Campo Grande de Valladolid en comentarios.
*La imagen de portada es propiedad de Periodista Digital.
Que te voy a decir… Que me encanta!!!! 14 años ya en esta ciudad y veo que todavía hay muchísimas cosas que desconozco de ella. Gracias por todo lo que nos cuentas.
Me encanta! Gracias por explicarnos
He pasado mi infancia en los meses de verano todas las tardes en el Campo Grande y algunas noches q por ser pequeña mis padres no me dejaban en casa y encima de las piernas de mi padre, veíamos zarzuelas, teatro y conciertos de la banda de San Quintin, era precioso, vestidos de militar. Siendo adolescente asistí sl ùltimo día de teatro en el teatro Pradera “ metidos en harina” no me he olvidado .
Que bonitos recuerdos compartes, muchísimas gracias por pasar por aquí.
Mis recuerdos del Campo Grande son inmensos. Hombre que vendía los barquillos y oleas, cascada con estalactitas el rosal los bancos y como los Pavos Reales. Gracias por traer a mi mente Recuerdos inovidables Maria Jesus
Qué alegria traer momentos así a la memoria de los que nos leeis. Gracias por un comentario tan bonito.