A Múnich le gustas ( München mag Dich), y con niños, más.

Tenía pensado contar nuestro viaje a Múnich cuando desgraciadamente pasó esto y la verdad, no me pareció oportuno. Pero no quiero que os quedéis sin apuntar esta preciosa ciudad en vuestra lista de destinos con niños ( o sin ellos, claro).

Agosto nos pareció muy buena fecha para esta escapada en pleno puente, Piticli aún no tenía el año y era un gateador que se estrenaba en viajar en avión, y nosotros con él en hacer las peripecias de aeropuerto con un carrito, de este tema os contamos más aquí.

La compañía, Lufthansa,  la verdad es que no tenemos comentario malo, al contrario, la simpatía del  personal de vuelo y las atenciones con el peque fueron muy de agradecer. Una vez allí el transporte desde el aeropuerto es muy sencillo, basta con coger el tren (S-Bahn) y te deja en unos 40 minutos en la estación principal de Múnich. También hay servicios transfer, autobuses…pero al ir con el carrito era mucho más cómodo ir en tren. Elegimos un hotel cercano a dicha estación. Siempre se dice que son los peores barrios en todas las ciudades, pero la verdad es que nunca hemos tenido ningún problema, supongo que la percepción variará dependiendo de tu ciudad de procedencia, pero vamos en este caso decir que no vimos ningún tipo de inseguridad ( no nos la jugaríamos yendo con niño), también es cierto que hicimos horario infantil y no trasnochamos. En el hotel encontramos ya la cuna que previamente habíamos solicitado al hacer la reserva perfectamente equipada y sin coste alguno. Perfectamente accesible para manejarnos con carrito, fue una buena elección porque nos permitía ir a pie hasta el centro de la ciudad.

Una vez superado el periplo de llegadas, registro en el hotel, soltar equipaje y asearnos un poco…es hora de una buena…

Claro que si, por algo estamos en Múnich y entre unas cosas y otras ya era hora de comer, una vez que Piticli llenó tripilla con su puré calentado en el mismo restaurante, procedimos a sumergirnos en la gastronomía local, a base de cervecita y salchichas Weißwurst, dieta que repetiríamos varias veces en los días que estuvimos.

¿Qué se puede hacer en Múnich? Pues es una ciudad muy agradable para pasear sin más. Caminamos un montón y según atraviesas Karlstor (Puerta de Carlos) accedes a la zona peatonal y comercial que rodea la Marienplatz, donde encontraréis el ayuntamiento (Rathaus). Aqui os vais a hinchar a hacer fotos desde todos los ángulos y estamos ante uno de los puntos que más gustan a los niños, su curioso carillón.

 Múnich cuenta con una importante cantidad de museos y una pinacoteca muy interesante, pero en esta ocasión preferimos estar lo más al aire libre posible, para que el que peque disfrutase, y entre paseo y paseo caía alguna siesta.

Dentro del mismo centro nos encontramos con el Viktualienmarkt, un mercado tradicional de campesinos que ha sobrevivido hasta nuestros días, el ambiente es genial y hay mucha variedad de productos y por supuesto puedes tomarte…una cerveza (o lo que quieras)

Cerca de la zona podéis visitar la  Catedral de Nuestra Señora (Frauenkirche), la iglesia de San Miguel o la Peterskirche aunque a nosotros la que más nos llamó la atención fue la Heilig Geist Kirche que tenía una exposición en su interior representando el Jardín del Edén.

 Seguimos de ruta y nos vamos ahora ya a un parque, uno de los más grandes de Europa dentro de una ciudad. El Jardín Inglés (Englischer Garten) es una pasada para ir con niños. Aparte de enorme, tiene un lago con patos, columpios y la curiosa pagoda china (Chinesischer Turm) que se convierte en centro de atención a la hora de almorzar ya que está rodeada de puestos de comida y bebida para disfrutar de un buen codillo al aire libre. Otra curiosidad es que hacen surf, si surf, en el rio que la atraviesa, no os lo perdáis.

Si hace bueno, podéis hasta pasar el día allí porque es muy grande y tiene muchas cosas curiosas para ver, aparte los peques pueden corretear a sus anchas y confraternizar con algún peque lugareño.

Si ya estáis cansados de tanta visita, hay muchas cervecerías típicas en las que podéis estar un rato ( o si vuestros peques aguantan algo más). La más típica es la Hofbräuhaus, famosa por desgracia por ser el sitio favorito de discursos de cierto fanático con bigotillo, pero en la actualidad bien vale una visita, el ambientazo es total. Aviso, es muy ruidosa, nosotros elegimos otra más tranquila, pero entré a hacer foto de rigor.

La gente en general es agradable, mucho menos abierta que en Berlín pero educada (salvo alguna excepción). Otra cosa que os llamará la atención es que los muniqueses (sobre todo chicos jóvenes) visten el traje típico sin necesidad de que sea una festividad. O sea que ves grupos de chicos en los que unos van en vaqueros y otros con su traje tirolés y todo el mundo lo ve normal, eso y que se desplacen con un barril de cerveza ( y no era la Oktoberfest).

En general una ciudad agradable de visitar con y sin niños, con amplios espacios al aire libre, y opciones tanto culturales como de disfrute de la naturaleza. Si la conocéis y me dejo algo importante, comentad y así ampliamos información.

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