Belmonte con niños: fin de semana manchego
Aunque lo tenía en mente hace tiempo, este fin de semana hemos ido a Belmonte por fin. Su castillo me llamaba la atención y sabía que era un acierto seguro para ir en familia. Luego, investigando descubrí que además había muchos más sitios de interés, así que hicimos la mochila y al lío.
En este post
Qué ver en Belmonte con niños
El castillo
Obviamente imprescindible. Decir Belmonte es hablar de su castillo. Antes de ir podéis reservar las entradas on line. Los niños hasta 6 años no pagan y los más mayores tienen entrada reducida. La visita dura una hora y media ( o más, dependiendo las fotos que os saquéis). Podéis llevar carrito ya que hay un ascensor, pero no podréis acceder a con él a todas las estancias, por lo que nosotros no lo llevamos. Esta vez Pitufona fue andando o en brazos, pero como siempre, el porteo es vuestro amigo. Ojo: a veces cierran el castillo para eventos privados, no está de más una llamada previa por si solo vais con ese objetivo.
El castillo fue construido en la segunda mitad del siglo XV, por orden de don Juan Pacheco, primer marqués de Villena. Era un momento de convulsiones y luchas internas en el Reino de Castilla. Fue la heredera de la casa de Villena, Eugenia de Guzmán, más conocida como la emperatriz Eugenia de Montijo, la que se encarga de restituir al castillo su esplendor original. Hacia 1857 comienza las obras de restauración. Restaura las defensas de acuerdo al proyecto inicial, pero en el interior se impone el gusto de la época. El estilo utilizado es el neogótico.
Con la caída del imperio francés, en 1870, cesa la restauración. A partir de ahí el castillo sirve para diversas funciones a lo largo de los años, hasta que cae en el abandono.
Gracias a la colaboración entre los propietarios, la administración local y el Ministerio de Fomento, el castillo ha sido rehabilitado y en verano de 2010 se abrió al público. La segunda fase de la rehabilitación ha concluido en 2017 .
En estas fotos podéis ver varias de las estancias que se visitan, en todas hay explicaciones en carteles y además en la entrada os darán unas audioguías de manera gratuita. A mis hijos esto les chifla desde la visita al castillo de Edimburgo, así que se las adueñaron completamente. Abajo vestimentas, salón y letrinas de la época.
El castillo se puede visitar en su totalidad incluyendo las torres. Cuenta con baños, bar (aunque no conseguimos ver al camarero y tuvimos que irnos) y tienda de recuerdos. Hacen combates medievales un par de veces al año y todo tipo de actividades muy interesantes.
A partir de Agosto se inaugura el Trebuchet park : el primer parque temático dedicado a las máquinas de asedio en España y el más grande del mundo. El parque se articula en torno a cuatro ámbitos temáticos diferenciados: mundo cristiano, mundo musulmán, mundo oriental y Renacimiento. En cuanto a la cronología de las piezas expuestas, se sitúa entre los siglos V y XIV para los tres primeros espacios, siendo el siglo XV para las piezas renacentistas.
La colegiata
Construida sobre una anterior iglesia visigótica. Destaca la sillería del coro, del siglo XV, tallada con historias bíblicas por Enrique Egas y procedente de la Catedral de Cuenca (de donde se trajeron en el siglo XVIII); es la primera sillería de coro tallada con imágenes de toda la Península Ibérica. Posee un órgano del siglo XVIII utilizado todavía para algunas celebraciones y conciertos de música sacra. En la pila bautismal, fue bautizado Fray Luis de León, del que veréis una estatua conmemorativa en el pueblo. Cierran los domingos, así que planead bien la visita.
El convento de Trinitarios
Actualmente centro de salud y urgencias del pueblo. Con parquecillo y fuente en la Plaza del Pilar.
El palacio del Infante Don Juan Manuel
Si sois de los que fuimos a EGB, este nombre os tiene que traer muchos recuerdos. Efectivamente, el autor de El conde Lucanor, libro de obligada lectura en aquella época. Totalmente restaurado, como primera venta de la Ruta de Don Quijote.
El pueblo
Paseando por el pueblo encontraréis además varias puertas como la de Almudí o La estrella. El hospital de San Andrés, hoy en ruinas. El convento de Jesuitas o la casa Bellomonte. Aún se conservan algunas casas porticadas en la Plaza del Pilar. Y desde casi cualquier punto del pueblo es visible el castillo.
Es un paseo agradable, salvo alguna cuesta y sin duda os gustará hacerlo con los niños a pie o en bici. Los personajes famosos del pueblo aparecen en figuras de cartón como la de la foto de arriba, lo que es un toque simpático y excusa para contar cachitos de historia a los peques.
Dormir en Belmonte con niños
En esta ocasión nos interesaba alojarnos en el mismo pueblo, ya que solo íbamos un fin de semana y no nos apetecía estar con el coche todo el rato. La oferta de alojamiento es bastante buena por la zona. Para alojarse en Belmonte con niños sin duda una buena opción son los Alojamientos rurales «La casa de la vieja». Cuentan con varios repartidos por el centro del pueblo.
Nosotros nos alojamos en La Josefa, situado en plena Plaza del Pilar y con todo lo imprescindible para pasar un fin de semana ( o más) allí. Una gestión impecable y gran amabilidad. El alojamiento contaba con aire acondicionado ( que en esta época es importante) y wifi. La cocina completamente equipada en detalle y ducha con hidromasaje para relajarse tras el tute a andar. Y además unas estupendas vistas al castillo.
Comer en Belmonte con niños
Si os decidís por casa rural y queréis comer en la propia casa, hay varios supermercados y tiendas en el pueblo. Si preferís comer alguna de las especialidades de la zona podéis acudir a:
La muralla: restaurante tradicional con comida de la zona
La alacena de Belmonte: gastrobar con venta de productos
Terraza La piscina: al lado de un parque para tomar algo y que los peques jueguen.
Además en el Palacio se ofrecen jornadas gastronómicas y conciertos nocturnos, aunque esto con los niños tan peques no lo pudimos catar.
Qué ver en los alrededores de Belmonte
Los molinos de Mota del Cuervo
Siete molinos tradicionales en lo alto del pueblo desde el que se tienen unas vistas excepcionales. Cuentan con museo interior pero cuando llegamos habían cerrado. Sin embargo disfrutamos mucho la visita, las vistas y de saludar a Don Quijote, Sancho y Dulcinea. Nos sorprendió muy gratamente.
Yacimiento arqueológico de Segóbriga
Segóbriga constituye una de las ciudades romanas mejor conservadas y el más importante conjunto arqueológico de la Meseta. La entrada es gratuita para menores de 10 años.
Villaescusa de Haro
Pequeño pueblo de gran interés histórico y monumental , situado en las cercanías de Belmonte. Se trata de una población del máximo interés cuya antigüedad e importancia viene atestiguada por los numerosos restos romanos, godos y musulmanes que en ella han aparecido. También existe un castillo renacentista si os habéis quedado con ganas de más.
Y como bonus track, si vais en verano, preguntad si hay alguna fiesta en los pueblos de alrededor. El sábado noche disfrutamos las fiestas de El Pedernoso. Con sus casetas, sus camas elásticas (para alegría de Piticli) y su verbena. Para rematar la escapada rural del todo.
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