Qué ver en Bruselas: monumentos, chocolate y estatuas meonas
Bienvenidos a la capital belga, donde el humor, la historia y el buen comer van de la mano. Y nuestra última parada del #interrailBenelux.
Bruselas es una ciudad que mezcla lo institucional con lo insólito. Entre una plaza de cuento, una catedral gótica y una estructura futurista en forma de átomo… te puede saltar un niño haciendo pipí (literalmente).
Aquí te dejamos una ruta con los principales monumentos qué ver en Bruselas, los lugares más fotogénicos y, por supuesto, la trilogía meona que le da un toque único.
En este post
Grand Place (Grote Markt): el corazón dorado de Bruselas
El lugar más icónico de la ciudad.
Fue el centro de la vida comercial de Bruselas desde la Edad Media. Originalmente, era un mercado, y durante siglos fue escenario de todo tipo de eventos, como mercados, festivales y ejecuciones públicas. En el siglo XVII, la plaza fue reconstruida tras ser destruida por un incendio, lo que le dio el aspecto que tiene hoy
El ayuntamiento en estilo gótico (Hotel de ville) y la Casa del Rey en estilo renacentista (Maison du roi) destacan rodeados de edificios gremiales con detalles decorativos que representan los oficios y actividades de los gremios que solían tener allí su sede.
Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es perfecta de día o de noche.
Consejo: si estás en Bruselas en agosto de años pares, no te pierdas la alfombra de flores, nosotros justo pillamos el momento en el que la estaban montando pero no llegamos a verla finalizada.

Atomium: un átomo convertido en icono
Construido para la Expo de 1958, este átomo gigante es uno de los monumentos más originales de Europa. Puedes entrar, subir a las esferas y disfrutar de vistas espectaculares. También hay un bosque al lado donde descansar del pateo turístico y disfrutar del frescor del verde si vais en verano.

Mont des Arts: arte, jardines y vistas
Un rincón ideal para relajarte mientras disfrutas del paisaje urbano. Aquí puedes visitar:
- El Museo de Bellas Artes de Bruselas (Musées royaux des Beaux-Arts de Belgique): Un complejo de museos que alberga una de las colecciones de arte más grandes de Bélgica, con obras que van desde el Renacimiento hasta el Arte Contemporáneo. Dentro de este museo se encuentra la Colección Magritte, dedicada al famoso pintor surrealista belga René Magritte.
- La Biblioteca Real de Bélgica: Uno de los mayores y más importantes archivos de documentos en el país, es un lugar fascinante para los amantes de la historia y la literatura.
- El Museo de Instrumentos Musicales (MIM): Este museo alberga una impresionante colección de instrumentos musicales de todo el mundo, y la vista desde la terraza es espectacular.
- El Museo del Cine (Cinematek): Si eres un amante del cine, este es el lugar ideal para disfrutar de una buena película o descubrir más sobre la historia del cine belga y mundial.

Palacio Real de Bruselas
Aunque no es residencia real, sigue siendo símbolo de la monarquía belga. Actualmente es el lugar donde se realizan audiencias y recepciones oficiales de Jefes de Estado de otros países, entre otras.
Sus orígenes se remontan al siglo XVIII, aunque el palacio actual fue profundamente reconstruido en el siglo XIX bajo el reinado del rey Leopoldo II.
Fue creado a partir de la unión de varios edificios más pequeños que formaban parte de la antigua corte de Bruselas. El estilo arquitectónico es neoclásico, con una imponente fachada simétrica y elegante.
Normalmente, se puede visitar de julio a septiembre, cuando la familia real está de vacaciones.
Catedral de San Miguel y Santa Gúdula
Sus orígenes se remontan al siglo XI, aunque la estructura actual es principalmente de los siglos XIII al XV.
Fue construida sobre una iglesia románica dedicada a San Miguel, y más tarde se unió el culto a Santa Gúdula, una santa local muy venerada en Bélgica.
El estilo es gótico brabantino, característico de esta región de Europa.. El interior es impresionante y, si tienes suerte, puedes escuchar un concierto de órgano.

Palacio de Justicia
Uno de los edificios más grandes de Bruselas. A pesar de estar en restauración, sigue siendo un símbolo. Desde aquí, la vista de la ciudad es espectacular.
Tip: usa el ascensor urbano gratuito para bajar al barrio de Marolles.
Galerías Saint-Hubert: elegancia belga con sabor a chocolate
Estas galerías cubiertas del siglo XIX mezclan lujo, historia y dulzura. Ideal para pasear y caer en la tentación del chocolate artesanal.
Parque del Cincuentenario
Espacio verde ideal para descansar. Destaca el Arco del Triunfo y museos como Autoworld, perfecto para los fans de los coches clásicos.
La trilogía meona de Bruselas
Las estatuas más queridas de la ciudad son pequeñas, de bronce… y están haciendo pis. Bienvenidos al lado más surrealista de Bruselas.
Manneken Pis
Un niño haciendo pipí, ícono total. Tiene más de 1.000 disfraces y un museo propio. Lo encontrarás muy cerca de la Grand Place.
El Manneken Pis es una de las estatuas más famosas y queridas de Bruselas, símbolo del carácter irreverente y el espíritu independiente de la ciudad. Esta pequeña figura de bronce, que representa a un niño orinando en una fuente, mide 65,5 cm de altura y se encuentra en una esquina de la Stoofstraat, cerca de la Grand Place

Jeanneke Pis
Jeanneke Pis es una estatua de una niña orinando, creada como una especie de parodia o compañera del Manneken Pis. Es mucho menos conocida que su hermano varón, pero también ha ganado cierta popularidad entre turistas curiosos. Está en cuclillas en un callejón junto al Delirium Café. Si lanzas una moneda, dicen que trae buena suerte.

Zinneke Pis
El toque final lo pone un perrito de bronce haciendo lo suyo. Está en la Rue des Chartreux y completa la trilogía más irreverente de la ciudad.

Bonus qué ver en Bruselas
Visita el Parlamento Europeo y el Parlamentarium, un museo gratuito que explica de forma interactiva cómo funciona la UE. Ideal para curiosos y viajeros políticos.
No te puedes ir sin probar:
- Gofres belgas (tipo Lieja, caramelizados)
- Papas fritas con salsas como andaluza o samurai
- Moules-frites (mejillones con papas fritas)
- Cerveza trapense (y si puedes, en una abadía auténtica)
- Chocolate artesanal (Marcolini, Neuhaus, Leonidas… o cualquiera que huela rico)
¿Te animas a descubrir qué ver en Bruselas con zapatillas cómodas y hambre de historias? Entre monumentos, chocolates y estatuas traviesas, la capital belga te espera con los brazos abiertos y qué mejor que conocerla de mano de un free tour!

 
			

 
							 
							 
							






