Guía para disfrutar Lisboa con niños
Somos unos enamorados del país vecino y aunque ya habíamos estado varias veces en la capital, nos faltaba redescubrir Lisboa con niños, de manera que en nuestra última escapada le hemos dado otra vuelta de tuerca a sus callejuelas y atardeceres.
En este post
Plaza del Comercio
Empezamos el recorrido por uno de los sitios más icónicos de Lisboa y dónde empezarás o acabarás tus paseos por la ciudad.
Situada en la Baixa Pombalina y abierta al Tajo, la Plaza del Comercio (Praça do Comércio) fue reconstruida por el Marqués de Pombal en forma de «U» tras el famoso terremoto de 1775.
Tres grandes edificios porticados albergan algunos organismos gubernamentales, la principal oficina de turismo de Lisboa (Ask Me Lisboa) y algunos restaurantes y cafés, como el Martinho da Arcada, el más antiguo de la ciudad y antaño frecuentado por intelectuales. También tiene un quiosco en el que podrás degustar el licor típico, la ginjinha.
Si llegas a la plaza desde la Vía Augusta ( la calle más comercial) pasarás por debajo del Arco Triunfal y puedes admirar algunas esculturas, de portugueses notables, como Vasco de Gama, el Marqués de Pombal o Nuno Alvares Pereira. En el centro de la plaza se encuentra la estatua ecuestre de José I.
La plaza es un lugar amplio y maravilloso para que jueguen los niños, descansar un rato o maravillarse con las vistas.
Alfama
Es el barrio más antiguo de Lisboa y a su vez uno de los más típicos su nombre deriva de la palabra árabe al-hamma (الحمّة) o posiblemente alfamm , que significa baños o fuentes.
Conocida por sus restaurantes y por sus casas de fado (incluso puedes visitar el Museo do Fado, donde aprenderás toda la historia y evolución de esta clase de música portuguesa.) Nosotros nos alojamos en esta zona que atesora algunos de los monumentos más simbólicos para visitar en Lisboa con niños.
Sé Catedral y San Antonio
Callejeando hacia la parte alta nos encontramos con la Catedral, de estilo románico e interior gótico, es una de las visitas obligadas en el barrio de Alfama y uno de los pocos monumentos supervivientes a los sucesivos terremotos e incendios que han asolado la ciudad.
Su construcción comenzó a mediados del siglo XII, por iniciativa de Alfonso Henríquez y el primer obispo de Lisboa, Gilbert de Hastings, construyéndose sobre una antigua mezquita tras reconquistar la ciudad a los musulmanes durante la Segunda Cruzada.
Dentro se encuentran los restos de San Vicente, patrón de la ciudad, cuyo ataúd, según cuenta la leyenda, fue acompañado por dos cuervos en su traslado a la ciudad (por eso aparecen en el escudo de Lisboa).
La iglesia de San Antonio, según la tradición, fue construida en el lugar donde nació el santo, en 1195, ocupando el solar de la casa. De aquel edificio, hoy en día no queda nada, se reconstruyó en el s. XVI.
En 1730, bajo el reinado de Juan V, la iglesia fue reconstruida y redecorada. En el terremoto de Lisboa de 1755, fue destruida y solo quedó en pie la capilla principal. Fue completamente reconstruida después de 1767 en estilo barroco-rococó y hoy en día es monumento nacional.
Cuenta con un interesante museo y un rincón muy colorido para vuestras fotos.
Chafariz de El-Rei
El Chafariz de El-Rei fue el primer chafariz (fuente con caños) público en la ciudad de Lisboa, construido en el s. XIII durante los reinados de Alfonso III y de Dionisio I, aprovechando las excelentes aguas subterráneas de Alfama.
La fachada data de 1864 y llegó a tener nueve caño en funcionamiento, cada caño era exclusivo de un grupo social.
Castelo de Sao Jorge
En portugués: Castelo de São Jorge, acoge las ruinas de un castillo en la colina de San Jorge en Lisboa. Fue el primer lugar habitado de la ciudad, data de al menos el siglo VIII a.C, mientras que las primeras fortificaciones construidas datan del siglo I a. C. Desde aquí tendréis una de las más bellas vistas sobre la ciudad y sobre el estuario del río Tajo.
El recinto del castillo cuenta con aproximadamente 6000 m². La edificación consta de varias torres y garitas, un foso y dos patios grandes.
Uno de los mejores momentos para disfrutarlo es al atardecer, en el que los colores sobre la ciudad y la compañía de los pavos reales, hacen de la visita un momento muy especial.
Docas de Santo Amaro
La zona de las docas de Santo Amaro es un puerto deportivo cuyos viejos almacenes se han transformado en una zona de restauración y ocio.
Con el buen tiempo es una opción muy agradable para comer al lado del mar.
Hippo trip
¿Es un autobús? ¿Es un barco? Es ambas cosas, así que prepárate para “zambullirte” en el río Tajo con una gran sonrisa.
Dentro del autobús disfrutarás de un circuito de 90 minutos lleno de energía positiva e interacción. La diversión reina, así que no esperes una visita panorámica “tradicional” con un guía “tradicional”. El recorrido es el que te dejamos aquí abajo ( Torre de Belem, Monumento a los Descubridores, Monasterio de los Jerónimos…) y nuestra experiencia la puedes ver en este vídeo.
Rossio- Baixa
La Plaza del Rossio es una de las zonas más animadas de la ciudad. En los lados de la plaza y a lo largo de sus calles aledañas hay tiendas, bares y algunos de los restaurantes más famosos de la ciudad.
También en sus alrededores encontrarás el Teatro Nacional de Doña María II, de estilo neoclásico, y la Iglesia de São Domingos lugar de coronación de los antiguos monarcas portugueses.
Elevador de Santa Justa y Convento do Carmo
El Elevador de Santa Justa ( 45 m de altura) conecta la Baixa con el barrio del Chiado y se ha convertido en una de las atracciones turísticas obligadas de Lisboa, con todo lo que ello conlleva: largas colas y altos precios.
De estilo neogótico, posee una estructura de hierro, en su interior, dos ascensores revestidos de madera trasportan a los viajeros hasta una amplia terraza donde puedes obtener unas buenas vistas del río y de toda la Baixa, la Plaza de Rossio, la Plaza del Comercio y el Castillo de San Jorge.
Al lado del ascensor en su parte alta, se encuentra el Convento do Carmo con sus altos arcos, que marcan la entrada al Chiado nada más bajarnos de elevador. Este era el templo gótico más importante de Lisboa hasta que el terremoto de 1755 lo derribó. En la actualidad alberga un Museo Arqueológico bastante interesante.
Basílica da Estrela
La construcción de la Basílica da Estrela se inició en 1779. La Basílica fue construida por arquitectos de la Escuela de Mafra, en estilo Barroco final y Neoclásico. Su fachada está enmarcada por dos torres gemelas y decorada con estatuas de santos y figuras alegóricas. Es uno de los símbolos de la ciudad y visible desde varios de sus miradores.
Dormir y comer en Lisboa con niños
Aunque las distancias no son excesivamente grandes, hay que tener en cuenta que en Lisboa abundan las cuestas y las escalinatas. Nuestra recomendación es reservar alojamiento en la zona de Alfama o en Baixa, ya que estarás cerca de la mayoría de sitios turísticos y además comunicados por tranvías para los tramos más peliagudos.
Nosotros alquilamos un apartamento muy cercano a la catedral que exceptuando la escalera de entrada, muy empinada como la mayoría de la zona antigua, estaba fenomenal y muy completo.
En cuanto a comer, además de las típicas cadenas internacionales, vale la pena aprovechar la rica gastronomía portuguesa y la extensa selección de pastelería si eres amante del dulce.
Para desayunar y en el mismo Largo da Sé donde se encuentra la catedral y San Antonio, nos encantó Cantinho de Sé, todo muy rico y el personal muy agradable.
En la zona de Doca de San Amaro comimos en Havana soul, una carta fácil para ir con niños (o sin ellos) a base de hamburguesas caseras, sandwiches etc…lo mejor la ubicación al lado del mar.
O si prefieres, puedes ir a tomar un cocktail en su zona de relax. También tomamos algo en Descarado, aunque era más caro y decidimos no comer allí.
Por la zona de Plaza del Comercio hay muchísima oferta de restauración, aunque bastante orientada al turismo, es mejor callejear un poco y encontrar alguno de los restaurantes menos «chic» pero más auténticos y degustar un bacalhau a brás o un caldo verde.
Y también hay carnes de gran fama o puedes pedir una Bifana (bocadillo de filetes de cerdo adobados) que es una de las delicias típicas.
Aunque el lugar mítico para tomar los famosos pasteles de nata de Belem, se encuentra al lado del Monasterio de los Jerónimos en la histórica fábrica y pastelería donde se producen desde 1837, hay más lugares donde podrás relamerte con este dulce.
A nosotros nos gustaron mucho los que merendamos tras visitar el Castillo de San Jorge en Pastelaria Santo Antonio.
En general, es una ciudad donde no tendrás problemas para apañarte a comer o beber en cualquier momento, ya que aunque el horario es más europeo que el nuestro, al ser una ciudad bastante turística han ampliado los horarios de atención en hostelería.