Den Helder: Puerta de los Países Bajos y cuna de la marina holandesa
Seguimos con nuestro recorrido #InterrailBenelux.
Desde Ámsterdam nos subimos a otro tren con destino Den Helder, ciudad de los Países Bajos que a menudo pasa desapercibida.
Ubicada en la costa norte, esta joya marina es el punto de partida ideal para explorar las impresionantes islas Frisias (Wadden) y disfrutar de un ambiente auténtico y acogedor.
En este post
Historia de Den Helder
Den Helder tiene una rica historia que se remonta al siglo XIII, cuando se estableció como un pequeño pueblo pesquero.
Su ubicación estratégica en la costa norte de los Países Bajos pronto la convirtió en un punto importante para la navegación y el comercio.
Durante el siglo XVII, con el auge del Imperio Holandés, Den Helder ganó relevancia como un puerto militar y comercial. La construcción de fortificaciones, como la Fortaleza de Kijkduin, consolidó su posición defensiva, protegiendo la entrada del puerto y sirviendo como baluarte durante las guerras navales.
En 1829, Den Helder se convirtió oficialmente en un municipio, y en 1840, la ciudad fue designada como la base principal de la Marina Real Holandesa.
Esta decisión transformó a Den Helder en un centro naval clave, atrayendo a marineros y sus familias, lo que impulsó su desarrollo urbano y sin duda moldeó su estilo de ciudad.
A lo largo de los siglos XIX y XX, la ciudad continuó creciendo y modernizándose. La industria naval se expandió, y Den Helder se estableció como un lugar de construcción y reparación de barcos.
La llegada del ferrocarril en 1887 mejoró aún más su conectividad con otras ciudades holandesas.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la ciudad fue ocupada por las fuerzas alemanas, y su puerto fue utilizado como base para submarinos. Después de la guerra, Den Helder experimentó una revitalización, tanto en su infraestructura como en su comunidad.
Qué ver en Den Helder
Lo mejor de la ciudad es pasear por su centro, sus playas y su puerto empapándose del ambiente marino,relajándose y disfrutando de las especialidades locales.
Sin embargo, también hay cosas muy interesantes para visitar.
La torre del agua
En 1856 Den Helder consiguió como una de las primeras ciudades de los Países Bajos su propia Torre de Agua, situada en Huisduinen. Después de 50 años, la torre se trasladó al centro de Den Helder. En 2005 la torre fue renovada para mostrar cómo era al principio. Si viajas en tren será casi lo primero que veas al bajar en la estación.
Museo Marítimo
Aquí podrás sumergirte en la rica historia naval de los Países Bajos. Desde antiguos barcos hasta exposiciones interactivas, este museo es un lugar fascinante para aprender sobre la tradición marítima del país. Y si tienes suerte, puedes incluso ver algunos de los buques en activo atracados en el puerto.
Den Helder ha sido durante mucho tiempo un bastión de la historia naval de los Países Bajos. Desde el siglo XVII, cuando se estableció como un puerto estratégico, ha desempeñado un papel crucial en la defensa marítima del país. Su ubicación, en la costa norte, la convirtió en un punto de partida ideal para las flotas holandesas durante las guerras navales. Hoy en día, la ciudad alberga la sede de la Marina Real Holandesa (Koninklijke Marine), donde se encuentran diversas instalaciones navales y astilleros. Este legado naval no solo se refleja en su arquitectura y en el Museo Marítimo, sino también en la vida cotidiana de los residentes, muchos de los cuales tienen vínculos con la marina.
Un paseo por el puerto te permitirá ver de cerca buques de guerra modernos y submarinos, un recordatorio tangible del papel vital que Den Helder ha jugado en la historia naval de los Países Bajos.
Fortaleza de Kijkduin
Una fortaleza histórica que data del siglo XVII, donde podrás explorar la historia militar de la región.
Esta impresionante atracción combina un museo y acuario en una antigua fortaleza de 200 años. Aquí podrás explorar la época de Napoleón y los doscientos años posteriores, así como también disfrutar de la exposición sobre la segunda guerra mundial.
Si vas con niños, tendrán mucho para divertirse con la búsqueda del tesoro y el acuario marino, donde podrán caminar entre los peces que están al lado y debajo.
El Faro de Den Helder: Un Faro en el Horizonte
Uno de los íconos más emblemáticos de Den Helder es su faro, conocido como el Faro de Huisduinen. Construido en 1877, este faro no solo guía a los barcos en su entrada al puerto, sino que también es un lugar perfecto para disfrutar de vistas panorámicas impresionantes del Mar del Norte.
El faro, con su distintiva torre roja y blanca, se alza majestuosamente sobre el paisaje costero, creando una estampa perfecta para tus fotos. Si te animas, puedes subir los 153 escalones que llevan a la cima y ser recompensado con una vista espectacular de la costa y las islas cercanas (consulta antes los horarios).
El faro no solo es una pieza de historia y arquitectura; también simboliza la conexión de Den Helder con el mar. A lo largo de los años, ha sido testigo de innumerables historias de marineros y pescadores que han dependido de su luz para navegar en noches oscuras y tormentosas.
Así que, si visitas Den Helder, no olvides acercarte a este faro icónico. Es el lugar perfecto para reflexionar sobre la historia marítima de la ciudad mientras disfrutas de la brisa marina y además en los alrededores hay muchas granjas con caballos, ovejas…una mezcla fantástica rodeados de verde y azul.
Naturaleza y Aventura
Justo al lado de la ciudad, encontrarás el Parque Nacional de las Islas Wadden. Con sus paisajes de dunas y extensas playas, es perfecto para una caminata revitalizante.
Si te gusta la aventura, no dudes en coger un ferry hacia las islas cercanas como Texel, donde podrás explorar la fauna local y disfrutar de la tranquilidad de la naturaleza. En nuestro caso, dedicamos un día entero a recorrer todo lo que pudimos de Texel y sus reservas naturales y pueblos, que era uno de nuestros objetivos principales al marcar Den Helder en nuestro recorrido por el Benelux.
Alojamiento y Gastronomía
Nos alojamos en Forest Hotel, al lado de la estación de trenes y céntrico. No tenemos más que buenas palabras para este alojamiento, que, sin ser lujoso, ofrecía todas las comodidades, un desayuno absolutamente increíble y un trato excelente (ah, y tapones para los oídos por si te despiertan las gaviotas madrugadoras).
Para comer: Tienes varias opciones, eso si, recuerda que tendrás que comer y cenar antes que en España.
Busca un restaurante en el puerto y disfruta de platos de pescado fresco, como arenques o el clásico kibbeling (trozos de pescado rebozados). También tienes opciones más internacionales como Italiano (Pizzeria Da Gino), asiático o el siempre socorrido pollo frito en un local ambientado en los años 50 como The Crazy Chicken. Si buscas un poco de todo pero sin grandes especialidades, y especialmente si vas con niños, te recomendamos el C´est si bon.
Vida Local y Eventos
Den Helder tiene un ambiente cálido y acogedor, como de pueblito marinero. Si tienes la oportunidad, asiste a alguno de los festivales que se celebran a lo largo del año, donde podrás disfrutar de música, comida y la cultura local en su máxima expresión.
Ponte en contacto con su oficina de turismo o sigue sus redes sociales para estar al día de lo que ocurre por allí.
Den Helder es un destino que merece ser descubierto, a nosotros nos encantó hacerlo tras el ajetreo de Ámsterdam.
Con su rica historia, su conexión con el mar y su belleza natural, es el lugar perfecto para una escapada fuera de lo común. Así que, si buscas un rincón tranquilo y lleno de encanto en los Países Bajos, ¡no dudes en hacer una parada en Den Helder!
