Venecia en invierno: fría, mágica y sin agobios
Viajar a Venecia en invierno es como colarse en un secreto. Esa postal abarrotada de turistas, góndolas que casi se chocan y filas infinitas para entrar a una iglesia… desaparece. Lo que queda es la esencia pura de la ciudad flotante, ¿vacía? no, pero con la cantidad de gente que no te hará pensar en rebaños de ovejas.
En este post
¿Por qué ir en invierno?
- Sin multitudes: Puedes cruzar el Puente de Rialto sin sentirte en el metro en hora punta. Es más, si madrugas un poco podrás estar (casi) a solas. El turismo de crucero es inexistente y eso te va a permitir disfrutar de la ciudad de otra manera, sobre todo cuando callejees sin rumbo por los canales y te encuentres con…nadie!

- Precios más bajos: Hoteles y vuelos bajan, y tu bolsillo lo agradece. En una ciudad que no es nada barata, ir fuera de la época alta de turismo te saldrá mucho mejor de precio.
- Ambiente único: La niebla sobre los canales, la luz suave y los reflejos hacen que las fotos parezcan pintura. ¿Frío? Nada que un buen abrigo y un gorro no arreglen.

- Carnaval de Venecia (si vas en febrero): Un espectáculo de máscaras, elegancia decadente y fiestas históricas. Aquí no te podemos prometer lo de la soledad porque la ciudad se llena de gente, pero si lo que buscas es vivir el famoso carnaval de Venecia, pues adelante.
Lugares que te dejarán sin palabras en Venecia
Venecia no se entiende sin sus iglesias. No es solo fe: es arte, historia y una lucha constante contra el agua. Cada basílica aquí tiene una historia que contar, y en invierno las puedes visitar casi en soledad, lo que transforma la experiencia por completo.
Basílica de San Marcos (Basilica di San Marco)
📍 Plaza San Marcos
Es la joya de la ciudad y como tal en la que más gente vas a encontrar. Su mezcla de estilos bizantinos, góticos e islámicos refleja lo que fue Venecia: una república marinera conectada con Oriente. Qué ver: los mosaicos dorados del techo (¡más de 8.000 m²!), el suelo de mármol en forma de olas, y la Pala d’Oro, un altar bizantino cubierto de oro y piedras preciosas.
Consejo : entra a primera hora de la mañana. Si hay marea alta (acqua alta), verás cómo el suelo se convierte en un espejo.
🎟️Entrada 6 euros, pero algunas zonas como el museo o la terraza tienen un coste extra. Los menores de 6 años entran gratis.



Basílica de Santa María de la Salud (Santa Maria della Salute)
📍 Entrada del Gran Canal, frente a San Marcos
Construida como agradecimiento por el fin de la peste de 1630, es una de las postales más icónicas de Venecia. Desde fuera parece una corona de mármol flotando sobre el agua.
San Marcos es la más famosa, pero la imagen de esta basílica al borde del Gran Canal es algo que no despegarás de tu retina en mucho tiempo.
Qué ver: su planta octogonal, el juego de luz que entra por las cúpulas, y obras de Tiziano en el altar (Muerte de Abel, Sacrificio de Abraham y David y Goliat.) Si viajas en noviembre, el día 21 se celebra la «Festa della madonna della Salute) en la que los venecianos atraviesan un puente de barcas desde la Plaza de San Marcos a la Basílica.
Consejo: desde la explanada delante de la iglesia, tienes unas vistas espectaculares del Palacio Ducal y San Marcos, ideales para fotos invernales al atardecer.
💸 Entrada gratuíta.



Basílica de San Giovanni e Paolo (Zanipolo para los locales)
📍 Castello
Es el “Panteón de los Dogos”. Aquí están enterrados más de 25 jefes de Estado de la antigua República. Es enorme, gótica y con un interior que impone.
Qué ver: sus tumbas monumentales, frescos de Bellini y una atmósfera casi medieval. Resérvate un buen espacio de tiempo en tu itinerario porque es inmensa, con sus tres naves, los numerosos monumentos adosados a las naves y las capillas que se abren a la derecha. Recomendable audioguía o guía de toda la vida para no perderte entre tanta joya histórica.
🎟️ Entrada de pago, pero muy poco frecuentada por turistas. Una joya oculta en invierno.



Santa María de los Milagros (Santa Maria dei Miracoli)
📍 Cannaregio
Una de las iglesias más bonitas y pequeñas de Venecia. Parece una caja de mármol decorada con incrustaciones de colores. Es íntima y muy fotogénica.
Ideal para una pausa tranquila en medio de un paseo por los canales menos turísticos.
💸Entrada gratuíta.


Basílica de Santa María dei Frari
📍 Campo dei Frari
Esta basílica es de las más grandes de Venecia ( y eso es mucho decir en esta ciudad). Construida en ladrillo y de estilo gótico, no te dejes engañar por su aspecto exterior bastante simple. En su interior encontrarás obras de Bellini, Donatello, Tiziano y la tumba del célebre Claudio Monteverdi. Sus 17 altares monumentales te dejarán sin aliento, aprovecha y descansa en alguno de sus bancos contemplando la maravilla de la luz atravesando la oscuridad de la nave principal.
💸Entrada gratuíta.



Iglesia de San Barnaba ( la de La última Cruzada)
📍 Dorsodouro
Aunque artísticamente no puede compararse a las anteriores la hemos incluido por si eres tan fan de Indiana Jones como nosotros. Y es que en el exterior de esta iglesia transcurre una de las escenas más icónicas de La última cruzada, aunque en la película era una biblioteca.
En su interior acoge exposiciones temporales, cuando estuvimos nosotros era una muestra interactiva de Leonardo Da Vinci muy interesante (especialmente si viajas con niños).

Los canales de Venecia en invierno son otra de las cosas que inclinan la balanza a la hora de elegir esta época del año. Además de librarte de los olores que despiden las aguas en verano, podrás disfrutarlos sin bullicio de hordas turísticas rompiendo la magia del ambiente.
Aquí los mejores canales para pasear o recorrer en vaporetto (el “bus acuático” de Venecia), una opción más barata que las famosas góndolas.
Gran Canal: la avenida flotante
Es el eje principal. Curvo como una S invertida, atraviesa la ciudad y está flanqueado por palacios que parecen flotar.
Cómo recorrerlo barato: Vaporetto línea 1 (paradas frecuentes, ideal para ver todo con calma). Sube en Piazzale Roma y bájate en San Marcos.
Qué ver: Ca’ d’Oro, Palacio Grassi, Puente de Rialto, Santa Maria della Salute.
Mejor momento: justo antes del atardecer, cuando el agua refleja los últimos rayos dorados del sol.

Cannaregio: Venecia sin maquillaje
Este barrio es tranquilo, poco turístico, y sus canales parecen un decorado de película italiana de los 60.
Qué hacer: Pasear por el Fondamenta della Misericordia, probar cicchetti con un vino en Osteria Al Timon y cruzar el Ghetto Judío, el más antiguo del mundo.
Ambiente: más local, más silencioso. En invierno, es puro encanto.
Canal de la Giudecca: vistas abiertas y arte
Separa Venecia de la isla de Giudecca. Aquí no hay agobios ni tiendas de souvenirs. Solo vistas panorámicas y paz.
Plan recomendado: toma el vaporetto y cruza a la isla. Camina hasta la iglesia del Redentor (Il Redentore) y disfruta de la vista del skyline veneciano, con San Marcos al fondo.
Bonus: si eres de fotos, este es tu lugar. Especialmente si hay bruma matinal.
Canales secretos: entre San Polo y Dorsoduro
Perderse entre los canales pequeños de estos barrios es lo más parecido a vivir en la Venecia auténtica.
Qué buscar: callejones que acaban en agua, puentes sin turistas, ropa colgada entre ventanas. Aquí no hay ruta fija: déjate llevar.

Otros lugares imperdibles de Venecia en invierno
Palacio Ducal (Palazzo Ducale)
📍 Plaza San Marcos
Fue la sede del gobierno de la República de Venecia durante siglos. Aquí vivían los dogos (los líderes de la ciudad), se celebraban juicios, y también se encerraba a los condenados. Lujo y oscuridad, todo en uno.
Lo flipante: sus salas están cubiertas de frescos gigantes (algunos de Tintoretto y Veronese), y el Salón del Maggior Consiglio es una barbaridad de grande.
No te pierdas: el Puente de los Suspiros, que conecta el palacio con las antiguas prisiones. Se llama así porque los presos suspiraban al ver el mar por última vez desde su celda.
🎟️ Entrada de pago, pero incluye acceso al museo cívico. En invierno, se puede recorrer sin agobios.
Galería de la Academia (Gallerie dell’Accademia)
📍 Dorsoduro
Si te gusta el arte, este museo es el paraíso. Guarda una de las colecciones más importantes de pintura veneciana del mundo, desde el siglo XIV al XVIII.
Artistas estrella: Bellini, Carpaccio, Giorgione, Tiziano, Tintoretto, Veronese.
Ambiente: silencioso, íntimo. Nada de grupos gigantes como en otras ciudades.
Ideal para: refugiarte del frío y perderte entre colores renacentistas.



Campanile de San Marcos
📍 Plaza San Marcos
Es el campanario de la basílica, con más de 98 metros de altura. Desde arriba tienes una vista panorámica brutal: los tejados de Venecia, las cúpulas de San Marcos, la laguna… y en días claros, hasta los Alpes.
Tip útil: hay ascensor (no te preocupes por las escaleras).
Mejor hora: media mañana, cuando la luz resalta los colores de los tejados mojados.
Teatro La Fenice
📍 Campo San Fantin
Uno de los teatros de ópera más importantes de Europa. Su historia es digna de película: se incendió varias veces y siempre resurgió. De ahí su nombre, «La Fenice» (el fénix).
Puedes hacer: una visita guiada o ver una función (en invierno hay ópera, ballet y conciertos).
Por dentro: es puro oro, terciopelo rojo y elegancia veneciana.

Ca’ Rezzonico
📍 Dorsoduro, sobre el Gran Canal
Un palacio barroco convertido en museo que muestra la vida cotidiana de la aristocracia veneciana en el siglo XVIII.
Qué ver: salones con muebles originales, frescos en techos, y hasta una farmacia antigua intacta.
Ambiente: tranquilo y muy cinematográfico. Ideal si te gustan las casas-museo.
Librería Acqua Alta
📍 Calle Longa Santa Maria Formosa
No es un monumento clásico, pero su fama instagrameable lo hace ya un imprescindible. Para ser sinceros, a nosotros nos decepcionó un poco quizá por tanta expectativa creada por las redes sociales. Eso no quita que sea una librería única que guarda sus libros en bañeras, góndolas y cubas, por si sube el nivel del agua.
Lo curioso: una escalera hecha de libros desde la que puedes ver un canal.
Plan: comprar un libro antiguo, sentarte en un rincón, y disfrutar del silencio húmedo de Venecia invernal.

Scala Contarini del Bovolo
📍 Corte Contarini del Bovolo, cerca de Campo Manin (San Marco)
Esta joya arquitectónica es una escalera de caracol exterior, en forma de torre, adosada a un palacio renacentista. La palabra “bovolo” en dialecto veneciano significa precisamente “caracol”, por la forma espiralada de la estructura.
Es única en Venecia: no encontrarás otra escalera así, mezclando estilos gótico, renacentista y bizantino. Construida en el siglo XV, era una forma elegante (y ostentosa) de que la familia Contarini presumiera de estatus.
Subirla es parte de la experiencia: al llegar arriba, tienes una vista panorámica preciosa del barrio de San Marco, con las cúpulas de San Marcos y los tejados rojizos extendiéndose como un mar de ladrillo. Incluso con algo de niebla, el encanto de tener los tejados de Venecia y las gaviotas sobrevolando es sobrecogedor.
¿Cómo llegar?
Escondida en un patio interior, lo que le da aún más encanto. Desde Campo Manin, hay pequeños letreros que te llevan hasta ella. Es un sitio poco frecuentado, perfecto para exploradores urbanos.
💸 Entrada de pago (unos 8 €), pero vale cada euro por las vistas y el rincón tan fotogénico. Aunque en invierno hay menos gente, mejor reservarlas con antelación por la web.
Abre todos los días, pero en invierno suele cerrar un poco antes (consulta horarios actualizados si vas).



Si te hemos convencido, unos consejos
Antes de ir, consulta si habrá Aqua alta durante tu visita para ir con la mochila preparada. Incluye ropa de abrigo, la humedad de los canales en invierno da más sensación de frío.
Alojamiento: los más baratos están alrededor de la Piazzale Roma, desde donde salen los autobuses al aeropuerto. Nosotros escogimos uno más céntrico que nos gustó bastante, por si quieres ir a tiro hecho te lo dejamos en este link. Existe una tasa turística por noche que no va incluida en el precio de la habitación y hay que pagar a parte en el hotel, ya que es un impuesto municipal.
Comida y bebida: en la mayor parte de restaurantes te cobran un concepto de servicio, tenlo en cuenta a la hora de escoger el lugar. Las bebidas alcohólicas, salvo el Aperol Spritz, son bastante caras. Suele ser más económico pedir una jarra de vino de la casa que una cerveza.
No olvides probar alguna de las especialidades gastronómicas como el Baccalá Mantecato o el Fritole Venessiane, además de pasta y pizza, obvio! Aléjate de la plaza de San Marcos para comer, cuanto más lejos, más barato, y si vas a alguna zona frecuentada por estudiantes, mejor.
Es muy típico también tomar el aperitivo con Cicchetti, lo que vienen a ser unas tapas (no son gratis, ojo). Y, aunque sea invierno, no te prives de un buen gelatto.
Déjate llevar, callejea mucho por las callecitas de canales y entra en cualquier iglesia que te encuentres, te llevarás gratas sorpresas saliendo del recorrido habitual.
Si además te ha sobrado tiempo puedes hacer una excursión a Murano y Burano.
Esperamos que te sirva este post (aunque quedaría mucho que contar) para animarte a comprar esos billetes para el invierno que viene y disfrutar de Venecia a tu antojo.
Nos encanta Italia en invierno.
