Explorando Atienza: donde las calles te hablan de historia
Te damos la bienvenida a Atienza, un tesoro escondido en las montañas de la provincia de Guadalajara, Castilla La Mancha.
En este remanso de historia y encanto rural, el tiempo parece haberse detenido, permitiéndonos sumergirnos en siglos de legado cultural y paisajes pintorescos. Si estás buscando una escapada que combine la tranquilidad de la vida en el campo con la fascinación de explorar antiguas fortalezas y callejuelas empedradas, entonces Atienza es el destino perfecto para ti.
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Un poco de historia
Atienza, la antigua Thytia celtíbera, es nombrada por los cronistas latinos como uno de los puntos de más ardua resistencia de los celtíberos al ataque de los invasores romanos. Solamente cuando cayeron Numancia y Termancia, pudieron los césares romanos decir que la vieja Atienza había sido hecha suya. Aquí pusieron los romanos su atalaya, y luego los árabes hicieron de Atienza uno de sus más fuertes enclaves de resistencia contra los vecinos cristianos en la Reconquista.
Aunque sus orígenes se remontan a la época romana, Atienza ha sido testigo de la historia que se despliega a través de los siglos y es su herencia medieval la que más destaca en el paisaje urbano. Al adentrarte en sus calles, te verás transportado a tiempos de caballeros y reyes.
La imponente fortaleza de Atienza se erige como guardiana de la ciudad, dominando el horizonte con sus altas murallas y torres de piedra. Construida en el siglo XI, esta fortificación fue clave en la defensa de la región durante la Reconquista.
En torno a este castillo musulmán, con el que Rodrigo Díaz de Vivar no quiso entablar combate al considerarlo como una peña mui fuert, surgieron las batallas a lo largo de toda la Edad Media. Entre los años 870-874 fue reconquistada por Alfonso III el Magno, pasando otra vez a los musulmanes poco después.
La conquista definitiva de Atienza y su castillo tiene lugar en 1085, cuando Alfonso VI tomó Toledo, rindiéndose al mismo tiempo los enclaves más significativos del reino. En 1149 Alfonso VII concedió un gran territorio comunal a Atienza.
En el reinado de Alfonso VIII la villa progresó espectacularmente, y el castillo alcanzó su aspecto definitivo, levantándose el segundo y más amplio cinturón de murallas. Este monarca tuvo siempre gran preferencia por esta villa, ya que en su infancia fue salvado por sus habitantes de la persecución a que le sometía su tío y regente Fernando de León, siendo este acontecimiento origen de la Caballada de Atienza, una de las fiestas más antiguas que todavía hoy se siguen celebrando en España.
Durante el siglo xv diversos hechos de armas causaron importantes daños a la villa y al castillo atencinos. Las tropas del rey de Navarra se hicieron dueñas de la posición, y tiempo después el castellano Juan II ayudado del condestable Álvaro de Luna y un poderoso ejército, sitiaron y conquistaron la villa, llegando a la lucha cuerpo a cuerpo y teniendo que destruir e incendiar buena parte de la población para poder expulsar de ella a los navarros.
En el siglo XVIII con la Guerra de Sucesión la Villa tiene problemas al ser centro de operaciones de Felipe V. En el siglo XIX Atienza sufrirá desgraciados episodios debido a la Guerra de la Independencia: los Franceses desmantelaron el castillo y parte de la Villa para que no sirviese de refugio a Juan Martín, «el Empecinado», la ruina del castillo y la desaparición de iglesias, conventos y parte del pueblo han perdurado hasta hoy en día.
El castillo, símbolo de Atienza
A pesar de su actual estado de ruina, sin duda el castillo sigue siendo el símbolo de Atienza. Ha sido escenario de multitud de rodajes y uno de los últimos, de la serie Juego de Tronos, albergando la Torre de la Alegría volvió a poner el castillo en las listas de visitas a la zona.
El castillo se encuentra sobre un promontorio rocoso rematado. La cúspide es estrecha y alargada, y en ella asientan los restos de lo que fue alcazaba mora y cristiana. En su centro se abren dos profundos aljibes que sirvieron en sus tiempos para recoger el agua de la lluvia (cuidado porque no están vallados y si te despistas…)
En la esquina sur está la torre del homenaje, bastante conservada en relación con el resto de la fortaleza y que podrás explorar libremente. La torre se trata de una sencilla estructura de planta cuadrada, con puerta en la planta baja, salas interiores, y una escalera en el muro que asciende a las plantas superiores y finalmente a la terraza, desde la que se puede observar un bello panorama.
Como elemento defensivo destaca el garitón volado, único en todo el edificio y que se coloca en la esquina más meridional de esta parte del castillo.
Todavía en la altura encontramos los restos de la entrada al castillo, formada por dos torreones que escoltan una puerta, a la que se accede desde el camino de ronda.
El acceso al castillo de Atienza es libre y gratuito, por el estado de conservación aconsejamos tener cuidado al subir a la torre y con otros elementos como los aljibes. Por lo demás, es un lugar impresionante para disfrutar un buen rato de las vistas.
El entramado medieval de Atienza
El diseño del casco histórico destaca por su doble línea de muralla que se adapta a la morfología del terreno donde se encuentra. Se levanta en los siglos XII y XIII.
Del primer recinto, que abarcaba el corazón de la primitiva villa, se ven múltiples fragmentos de paramentos de fuerte sillarejo, y de todas las puertas que se abrían a lo largo de sus muros, el más bello y representativo que nos ha llegado es el llamado Arco Arrebatacapas o puerta de San Juan, que franquea el paso desde la plaza del Ayuntamiento, obra moderna del siglo xviii, a la plaza del Trigo, el núcleo urbano más importante de la villa medieval. Esta plaza alberga la iglesia de San Juan Bautista (s.XVI)
Por fuera de este cinto de murallas, se ven las más anchas, que sirvieron para encerrar a la villa que en el siglo xiv alcanzó su máximo apogeo, el número más elevado de habitantes de toda su historia (unos siete mil) y de parroquias, unas catorce, todas de estilo románico. De esta muralla externa, que encerraba barrios como el de Puerta caballos, y ciudadelas como la Judería, quedan enormes trechos en diversas zonas del ámbito urbano y alrededores, mostrando también algunas puertas acompañadas de torreones. En el barrio de Puerta Caballos, encontrarás una de las iglesias de la localidad: la iglesia de San Salvador, de tipo renacentista, es actualmente una vivienda privada por lo que solo se puede visitar el exterior.
La iglesia de Santa María del Rey, es el segundo de los edificios de Atienza situado a más altitud, a los pies del Castillo y se accede a ella por el cementerio. Se sitúa su construcción en la Reconquista, sobre una antigua mezquita, siendo modificada y restaurada a lo largo de los siglos siguientes. Su interior solo se puede visitar el 15 de agosto durante la festividad de la virgen, el exterior se puede visitar accediendo desde el cementerio si logras encontrarlo abierto.
Como dato curioso, Atienza es la ciudad de nacimiento de Juan Bravo, uno de los cabecillas comuneros de la Revuelta de las Comunidades de 1521.
Otros planes por la zona
Explorar Atienza no solo implica sumergirse en su pasado medieval, sino también disfrutar de la belleza natural que la rodea. Si eres amante del senderismo encontrarás numerosas rutas que serpentean a través de las colinas y valles circundantes. Desde caminatas suaves hasta desafiantes senderos de montaña, hay algo para todos los niveles de habilidad.
Uno de los puntos destacados para los excursionistas es la ruta que conduce al cercano Parque Natural del Hayedo de Tejera Negra. Aquí, se encuentran bosques de hayas centenarias que crean un paisaje de cuento de hadas, especialmente hermoso durante el otoño, cuando las hojas adquieren tonalidades doradas y rojizas.
Otra ruta que recomendamos es la del Sendero de la Hoz de Pelegrina, en la que además de naturaleza tendrás la ocasión de visitar otro castillo guadalajareño.
Y otra opción inolvidable es hacer Senderismo por los Quejigares de Barriopedro y Brihuega, te apuntas?
