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Dos días en Viena con niños

Dos días en Viena con niños puede sonar a poco tiempo pero bien aprovechados cunden mucho.

Os vamos a contar cómo lo organizamos aunque la lluvia nos jugó un poco en contra y al final tuvimos que cambiar algunas de las paradas.

 

Preparativos

Los billetes los compramos con bastante antelación en Ryanair. La novedad era que lo operaba Laudamotion, que permite llevar un segundo equipaje de mano sin coste aunque irá en bodega. Aprovechamos a renovar las tarjetas sanitarias europeas online y en unos días las teníamos en casa.

Y también esta vez cambiamos de carrito. Hemos jubilado nuestra maclaren que tantos viajes ha dado la talla y hemos evolucionado a una GB pocket It. Cómo sabréis es la silla viajera por excelencia ya que se pliega de tal manera que te permiten subirla al avión. Ha sido una gran ventaja también dentro de la habitación del hotel, que era muy pequeña.

Del hotel solo puedo hablar bien del desayuno que era excelente, todo lo demás un desastre. Nos dieron la habitación que no era, luego no había para cambiarnos ni espacio para meter una supletoria. La recepción cerraba a las cuatro con lo que si surgía algo no podías consultar y para acabar el último día no encontraban nuestra factura. Vamos, que no lo recomiendo.

Durante el viaje hemos utilizado la Vienna Pass, que te permite la entrada en la mayoría de sitios de interés(más de 60), los autobuses típicos de hop on hop off y te ahorras la mayoría de colas. Esto último se agradece un montón cuando viajas con niños ( y cuando no).

También nos fue super útil la guía de Trotamundos Anaya para decidir que lugares visitar.

Para trasladarse desde el aeropuerto puedes escoger el tren lanzadera o el tren normal (OBB) S7 que es mucho más barato y os dejará en cualquiera de las estaciones principales.

El prater

Conocido como uno de los parques de atracciones más antiguos de Europa. Nos esperábamos algo parecido al Tívoli pero es bastante diferente. En él se encuentra uno de los símbolos de Viena, la Noria gigante. Además hay muchas atracciones, puestos de comida al aire libre y un par de trenecitos que recorren todo el parque, que es enorme. Calculad un buen rato para disfrutarlo, podéis aprovechar para cenar unas típicas salchichas mientras disfrutáis de las atracciones o antes de entrar al museo de cera que también se encuentra allí.

noria gigante del Prater

Stephans Dom

La primera noche entramos en la catedral aprovechando que estaba abierta y nos impresionó, quizá incluso más por la hora.

El símbolo religioso más importante de Viena, se levantó sobre las ruinas de una iglesia románica dedicada a San Esteban construida en 1147, aunque del antiguo templo sólo se conservan la Puerta de los Gigantes y las Torres de los Paganos. Unas placas en el suelo recuerdan ésta y otra iglesia sobre la que se edificó a su vez San Esteban.

La catedral está coronada por una gran torre con forma de aguja (Steffl) construida en estilo gótico que, con sus 137 metros de altura, puede verse desde diferentes puntos de Viena. Se puede subir a la torre por una escalera un poco complicada. En la parte posterior de la catedral se puede ver el Tejado de los Azulejos, formado por más de 250.000 azulejos, este tejado tan singular se debe a que se incendió el original durante los bombardeos de la 2ªGuerra Mundial. No os dejará indiferentes.

stephansdom

Una vez dentro de la catedral se pueden observar diversos estilos arquitectónicos provenientes de diferentes épocas; la nave central, las capillas laterales y el coro proceden de una de las reconstrucciones realizada en estilo gótico. Algunos de los edificios laterales fueron reconstruidos en un estilo barroco. Alberga los restos mortales de gran parte de los miembros de la familia Habsburgo y fue el lugar de boda y posterior funeral del magnífico Mozart.

La catedral tiene una parte de acceso libre y otra de pago. A ésta se puede acceder pagando la entrada o si vas a asistir a un servicio religioso. Está separada por una reja del resto y se controla el acceso. También existe un Museo de la Catedral con el tesoro catedralicio.

San Peterskirche:

La cúpula verde de la iglesia barroca de San Pedro os espera al fondo de una calle flanqueada de tiendas de todo tipo. No dejéis de entrar a ver su magnífica bóveda.

Haus der Musik -La Casa de la Música

La lluvia nos ha acompañado en exceso este viaje. Así que tras un buen rato de pateo decidimos ir a ver algo bajo techo. Entre todas las opciones nos recomendaron ésta para nuestros dos días en Viena con niños, por ser muy interactiva.

Ubicado dentro del palacio histórico del archiduque Carlos en el casco antiguo. Es un museo perfecto tanto para niños como adultos y para conocer a los principales músicos de la ciudad así como historia de la música, instrumentos etc.

 haus der musik

La visita comienza subiendo por una escalera que son nada menos que teclas de piano con sonido real. Si lográis arrancar a los niños de allí os esperan muchas sorpresas más. Tantas que dedicaremos un post exclusivo más adelante sobre este singular lugar.

En la Casa de la Música vivió el fundador y primer director musical de la Orquesta Filarmónica de Viena: Otto Nicolai (1810-1849). Un lugar perfecto para albergar el museo y archivo histórico de los conocidos cuerpos de sonido, que se encuentran en la primera planta.

En la sala de los espejos, se exhiben las pruebas de la rica historia de la orquesta, como documentos de homenajes o batutas de conocidos directores.

Hofburg

Los Habsburgo gobernaron durante más de siete siglos desde este imponente palacio que era originalmente un castillo del siglo XIII. Fue ampliado hasta convertirse en una residencia lujosa con el aumento del poder de los Habsburgo y de su dominio.

En el mismo se alberga la famosa escuela de equitación española (exhibiciones durante las mañanas), los apartamentos de Sissi y el tesoro imperial. En la capilla gótica cantan los Niños Cantores de Viena los domingos durante la misa. Por sus accesos veréis el devenir continuo de carruajes turísticos tirados a caballo y mucho trasiego de gente.

Hofburg

AugestinerKirche

Su sobriedad al lado del palacio de Hofburg os llamará la atención. Allí se realizaron buena parte de las bodas de los Habsburgo incluyendo la de Francisco José I y Sissi.

Augestiner kirche

El Ringstrasse

Sin duda una de las avenidas más famosas y ostentosas de Europa. Gran parte de los edificios más famosos de Viena se encuentran en la misma. Tal y como fue el deseo de Francisco José I, su impulsor. Sus construcciones siguieron el estilo del historicismo. Esto implica que los arquitectos recurrieron a estilos antiguos: renacieron las corrientes del Renacimiento, Barroco y Gótico. Dentro de este “escaparate de grandiosidad imperial” se erigieron edificios de representación imperial: Neue Burg, Museo de Historia del Arte, Museo de Historia Natural, Ópera o Burgtheater entre otros.

Pero también se construyeron edificios que correspondían a la nueva mentalidad democrática de la población. Como el Parlamento, el Ayuntamiento, y la Universidad. Se puede recorrer a pie o en uno de sus famosos tranvías amarillos, en los que se dispone de auriculares para escuchar la historia de la avenida y los edificios que la componen.

Nosotros la recorrimos a pie y destacamos:

Ópera de Viena

Ópera de viena

Entre 1861 y 1869, August Sicard von Sicardsburg y Eduard van der Nüll construyeron este edificio de estilo neo-renacentista. Se inauguró el 25 de mayo de 1869 con Don Giovanni de Mozart. Después de los daños sufridos en la Segunda Guerra Mundial, volvió a inaugurarse en 1955 con Fidelio de Beethoven. La pasión por la música de la ciudad queda patente con un amplio programa de óperas, algunas de las cuales ofertan también en modo familiar.

Kunsthistorisches Museum (Museo de Historia del Arte)

Es uno de los museos más famosos del mundo. Construido por Gottfried Semper y Carl von Hasenauer, se inauguró en 1891. Aloja los tesoros artísticos de los Habsburgo (entre ellos, la colección más grande del mundo de Bruegel y una de las cámaras de arte de mayor valor).

Naturhistorisches Museum (Museo de Historia Natural)

Este edificio, casi idéntico al Museo de Historia del Arte, se inauguró en 1889. Contiene una de las colecciones de ciencias naturales más grandes del mundo. Numerosos ejemplares disecados de animales ya extinguidos o que corren gran peligro de extinción son la razón por la cual esta colección tiene un valor inconmensurable.

Interior del museo de ciencias naturales. Bajando por la escalera con la niña

Es una de las visitas que recomendamos yendo con niños y más si el tiempo no acompaña demasiado. Con la Vienna Pass no es necesario comprar entrada ni hacer cola. Se dispone de un aparcamiento de carritos a la entrada y recomiendo dejar los abrigos en el guardarropa ya que dentro del museo hace mucho calor.

El interior es grandioso y hay multitud de salas que encandilan a los niños. Desde los cocodrilos gigantes al Allosaurus mecánico que se mueve y ruge pasando por interesantes salas dedicadas a la prehistoria o la evolución. A los mayores os emocionará hallaros ante la auténtica Venus de Willendorf y sus más de 29.500 años de antigüedad. Cuenta con un planetario y una curiosa sala de Meteoritos con 1.100 rocas caídas del cielo.

A los peques también les daban una Vienna Pass simbólica para apuntar sus datos por si se perdían

Dentro del museo, como en toda Viena, hay un café para tomarse un descanso. También hay baños adaptados y cambiadores.

Es un lugar en el que veréis a muchos autóctonos pasando la tarde en familia y disfrutando de la diversidad de objetos, más de 20.000.000, que tiene el museo.

Parlamento

De estilo griego, Theophil von Hansen construyó entre 1874 y 1883 el Parlamento con su famosa fuente de Palas Atenea. Se considera uno de los edificios más bellos e importantes de la Ringstraße. Este edificio ofrece visitas guiadas.

Ayuntamiento

La sede del alcalde de Viena fue construida por Friedrich Schmidt en estilo neogótico entre 1872 y 1883. En la plaza del ayuntamiento se celebran actos durante todo el año que reúnen a miles de visitantes. También ofrece visitas guiadas frecuentes.

Burgtheater (Teatro)

Semper y Hasenauer hicieron construir este destacado edificio entre 1874 y 1888. Gustav Klimt proyectó los frescos sobre las escaleras junto con Franz Matsch y Ernst Klimt.

Universidad de Viena

Este imponente edificio fue construido entre 1877 y 1884 por Heinrich von Ferstel en el estilo del Alto Renacimiento italiano. También ofrece visitas guiadas frecuentes.

Iglesia Votiva

En agradecimiento al atentado fallido contra el emperador Francisco José, en 1856 se iniciaron las obras. A día de hoy es la segunda iglesia más alta de Viena.

Bolsa

Su proyecto fue encomendado a Hansen y en 1877 se inauguró. En la actualidad, alberga salas de exposiciones.

Urania

En nuestro paseo al Prater por la orilla del río descubrimos este edificio que data de 1910 . Proyectado por Max Fabiani para Volksbildungsverein (Centro de educación popular). Personajes ilustres de la época (como Albert Einstein y Thomas Mann) impartieron cursos y conferencias en ella. Aquí estuvo el primero observatorio astronómico público de Austria, que todavía puede visitarse hoy en día.

Caja Postal de Ahorros de Austria

Sin ser uno de los más conocidos estaba en nuestra ruta desde el hotel y nos llamó mucho la atención entre tanto edificio señorial.

Fue construido entre 1904 y 1906, y 1910 y 1912 por Otto Wagner, uno de los arquitectos más importantes del siglo pasado. También es diseño suyo el mobiliario y la arquitectura del interior.

En comparación con los otros edificios de esta época (como el antiguo ministerio de guerra imperial que se encuentra justo enfrente) el estilo de Wagner resulta moderno y funcional. La fachada se revistió de placas de mármol y granito resistentes a las inclemencias del tiempo. Tanto en el interior como en el exterior se utilizó aluminio, que es resistente al óxido y que estaba de moda en aquella época. A nosotros nos recordaba mucho a la típica arquitectura soviética, en parte por la tipografía.

Museo austriaco de Artes Aplicadas/Arte Contemporáneo (MAK)

Tras tres años de construcción, el MAK fue inaugurado en Stubenring en 1871. Heinrich von Ferstel había planificado esta primera construcción de un museo en la Ringstraße en estilo renacentista.

Comer y beber

La parte gastronómica, como en todo viaje, tiene su importancia. Dentro de los platos más típicos casi seguro que no os escapáis del Schnitzel (filete de pollo empanado) o alguna de sus muchas variedades de wurst (salchichas). Pero si algo destaca es su pastelería. Un auténtico paraíso para los golosos ya que los cafés de Viena están llenos de tartas deliciosas a cualquier hora del día. Sin duda las más típicas son la Apfel Struddle y Sacher Torte. El lugar más típico para degustar esta última es el mismo Hotel Sacher. Pero había tanta cola que no nos parecía necesario y la comimos muy rica en Zanoni & Zanoni. Muy cerca de Stephansdom y famoso también por sus helados.

Niña con sacher torte en Zanoni

Durante la visita a la zona de Hofburg, si se quiere hacer un descanso y disfrutar de un clásico café vienés, podéis entrar en Café Hofburg. Tiene una extensa carta de cafés y dulces, además de cerveza.

Café hofburg

No vamos a negar que los precios no son baratos, especialmente de algunas bebidas o en algunos sitios de renombre.

Los Imbiss (quioscos callejeros) os vendrán genial a la hora de equilibrar el presupuesto y acabaréis realmente llenos. Especialmente si pedís la salchicha elegida en bocadillo. Se encuentran por toda la ciudad y además de las típicas salchichas ofrecen otros platos como noodles o Lángos (una especie de pan frito, dulce o salado). Si os acompaña el buen tiempo podéis aprovechar a comer en alguno de los bonitos parques vieneses.

Como recuerdo no olvidéis llevaros bombones Mozart o alguna caja de dulces con la incomparable Sissi.

bombones mozart

Y este ha sido nuestro viaje de dos días en Viena con niños. Por supuesto, nos hemos dejado cosas por ver, pero también hemos visto otras que no suelen ser habituales en los recorridos turísticos. Hemos caminado mucho. Tanto que solo cogimos transporte para la ida y vuelta al aeropuerto, porque nos parece una forma de ver lo máximo posible la ciudad. Pero hay una buena red de tranvías y autobuses por si los peques no aguantan el trote. Las grandes avenidas y zonas peatonales son muy cómodas para ir con los niños aunque algunos accesos a lugares de interés se complican un poco con el carrito. Pero en general es una ciudad apta para ir con niños.

Próximamente completaremos este post con el Pasaporte lúdico de Viena y un post dedicado a la Haus der Musik, ya que nos ha parecido muy interesante para las familias.

Si necesitáis algún consejo para visitar la ciudad no dudéis en comentar.

Nuestro agradecimiento a la oficina de Vienna Pass por habernos ofrecido dos pases para comprobar las ventajas que tiene su uso en la ciudad.

18 comentarios en «Dos días en Viena con niños»

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